5 recomendaciones Mindful para tu día en el Trabajo
Mindfulness ofrece prácticas formales e informales que nos invitan a generar pequeños cambios de hábitos en el día a día para tener un mayor bienestar. Este bienestar -que cobra sentido de diferentes modos para cada uno – conlleva a la mejora de nuestra atención, habilidades de cooperación y creatividad, entre otros. Por ello podemos entender cada práctica como un acto de amabilidad con nosotros mismo que trae beneficios tanto para quien la practica como para su entorno.
Como equipo hemos querido compartir con ustedes las siguientes prácticas de mindfulness para que les sirvan como herramientas de trabajo, considerando las diferentes actividades de cada uno. Con ese objetivo, inspirados por Saki Santorelli y sus 21 Maneras de reducir el estrés durante la jornada laboral (1996), hemos identificado algunas fases y desafíos comunes en las rutinas de trabajo actuales, que nos ofrecen una oportunidad de vivirlas de un modo mindful.
1) Al despertar
Al despertar toma 5 minutos para hacer una meditación breve. En silencio, lleva la atención a tu respiración, percibiendo cómo el aire entra y sale por tu nariz. Luego observa cómo se involucra el resto del cuerpo al inhalar y exhalar. Continúa respirando, ahora siendo consciente de tu entorno: los sonidos, el contacto con las sábanas, la temperatura de la habitación. Si algún otro pensamiento pasa por tu mente, sé consciente de ello y déjalo pasar. Vuelve a llevar la atención a tu respiración, en el lugar donde te encuentras y finaliza la práctica abriendo los ojos.
2) Camino al trabajo
De camino al trabajo, al menos dos veces a la semana decide no utilizar dispositivos electrónicos, enfocándote únicamente en tu entorno más próximo en el momento presente. Si vienen pensamientos sobre el día o las tareas pendientes, vuelve a traer tu mente al momento presente. Evitarás agotarte innecesariamente.
3) Durante la jornada
Durante la jornada, antes de una actividad que sea compleja para ti, puedes tomar tres minutos para realizar un ejercicio que llamaremos “la respiración de los cinco dedos”. Con el dedo índice recorres los cinco dedos de la otra mano. Al subir por cada dedo inhalas, y al bajar por el dedo, exhalas. Te ayudará a silenciar la mente bulliciosa y enfocarte en una cosa a la vez.
4) Al almuerzo
Al almuerzo, cambia de lugar. Solemos tener un puesto fijo en la mesa o sentarnos siempre junto a la misma persona. Al menos dos veces a la semana, escoge otro sitio. Te ayudará a cambiar de perspectiva, te permitirá percibir tu cuerpo, el entorno, y las interacciones desde otro ángulo.
5) Vuelta a la casa
De vuelta a la casa, escoge un par de días a la semana para experimentar otra ruta. Anda por caminos que no sueles escoger o por uno totalmente nuevo. Esto evitará que vuelvas a tu casa en piloto automático, porque necesitarás ir atento al camino, lo que promoverá la desconexión de la jornada laboral, favoreciendo la transición al descanso u otras actividades.
En cada una de estas prácticas, nuestra mente puede irse una y otra vez hacia lo que viene, lo que podría pasar o lo que ya ocurrió. Podemos observar todas las ocasiones en que no logramos mantener la atención en el momento presente, pero cada vez que esto ocurra, amablemente traeremos nuestra atención de vuelta.
Si nunca has practicado o si te cuesta generar el hábito de hacerlo, puedes probar incorporando estas prácticas que harán más amable tu relación contigo mismo y con tu trabajo.
Daniela Morrás